Las influencias profundas de la religión en la psicología: moralidad, relaciones intergrupales, autoconceptuacióne inculturación

Adam B. Cohen[1]

Universidad Estatal de Arizona

Originalmente publicado en: Current Directions in Psychological Science, Vol. 24 (1), 77-82, 2015.

Traducción de: Alejandro Franco (Portal de formación iPsicologia.com)

Correo: alejandro.franco@ipsicologia.com

 

 

Abstract

La religión afecta los procesos psicológicos de maneras diversas e importantes, y es un tema que recibe cada vez más atención por parte de los psicólogos. Discutiré cuatro razones por las que la religión es importante, incluyendo que la religión es una base fundamental para el juicio moral (por ejemplo, los protestantes, a diferencia de los judíos, consideran los pensamientos placenteros como moralmente sospechosos) y que la religión afecta en gran medida las relaciones intergrupales (por ejemplo, la teología sobre el perdón afecta las relaciones intergrupales). Luego propondré que la religión moldea de manera amplia la autoconceptuación (por ejemplo, los protestantes tienden hacia sí mismos independientes) y que las diversas maneras en que la religión moldea las psicologías de las personas son una cuestión compleja que puede ser instructiva en términos de la manera en que la cultura llega a la mente de las personas.

 Palabras clave

religión, cultura, moralidad, individualismo, perdón, inculturación

 

La religión afecta a la psicología de manera importante y es un tema al que se le da cada vez más atención por parte de los psicólogos. En este artículo, discutiré cuatro razones por las que la religión es importante para ser estudiada por los psicólogos:

  1. La religión es una base central para el juicio moral.
  2. La religión moldea ampliamente la autoconceptuación.
  3. La religión afecta fuertemente las relaciones interpersonales e intergrupales.
  4. La religión brinda una interesante oportunidad para considerar la forma en que las fuerzas culturales moldean la psicología de las personas en formas complejas.

La religión es una base central para el juicio moral

La moralidad se ha convertido en un tema cada vez más importante, y buena parte de la atención que se le ha dado últimamente se ha centrado en las bases morales de los liberales y los conservadores -aquellas en relación con el daño y el cuidado, la justicia y la reciprocidad, la pureza y la santidad, y la autoridad (Haidt, 2007). Los juicios morales son “evaluaciones (buenas vs. malas) de las acciones o el carácter de una persona, que se hacen en relación con un conjunto de virtudes sostenidas como obligatorias por una cultura o subcultura” (Haidt, 2001, p. 817). Pero, en primer lugar, ¿por qué las personas se convierten en liberales o conservadoras? Y, ¿existen otras influencias importantes para el juicio moral?

Aquí es de importancia crítica entender la religión, debido a que las antiguas enseñanzas de las religiones ejercen efectos importantes y detallados acerca de los juicios morales de las personas. Usted podría imaginar que las personas que viven en el mismo país comparten los aspectos más importantes de una cultura, incluyendo lo que piensan que es moral y lo que no, pero incluso las personas que viven en el mismo país, o incluso sentándose en la misma clase de la Universidad, difieren enormemente en sus juicios morales, lo cual está alineado con las enseñanzas de sus tradiciones religiosas.

En diversos estudios, mis colegas y yo hemos encontrado que existen diferencias notables entre judíos y protestantes en cuanto a la moralidad de los pensamientos y otros estados internos, alineados con las diferencias teológicas entre el judaísmo y el cristianismo. El judaísmo está mucho más enfocado en el comportamiento, mientras que el cristianismo considera los pensamientos como algo también importante (“pero le digo que cualquiera que mire a una mujer con lujuria ya cometió adulterio con ella en su corazón”; Mateo 5:28, nueva versión internacional).

 

Fig 1 - Religions

Fig. 1. Resultados de Cohen y Rozin (2001) que muestran la opinión de los participantes acerca de un hijo (el Sr. K) que no quiere a sus padres, en función de la religión de los participantes y del comportamiento del Sr. K hacia sus padres.  Para los protestantes, no hay diferencia si un hijo que no quiere a sus padres cuida de ellos (condición de pretensión) o los descuida con su comportamiento (condición sincera).  Para los judíos, pretender que se quiera a los padres se valora mucho más.  Adaptado de “La religión y la moral de la mentalidad”, por A. B. Cohen y P. Rozin, 2001, Journal of Personality and Social Psychology, 81, p. 700.  Derechos reservados 2001 por la Asociación Psicológica Americana.  Adaptado con permiso.

 

Primero, considere el mandamiento de honrar padre y madre. Los judíos interpretan este mandamiento en relación con el comportamiento. Un hijo (el Sr. K) quien internamente no quiere a sus padres pero los cuida (usted podría decir que trata de agradar a sus padres) es visto de una manera mucho más positiva que un hijo que no quiere a sus padres y los descuida (usted podría decir que este hijo está actuando sinceramente, en el sentido en que su comportamiento se articula con sus sentimientos). Pero los protestantes no ven diferencias (Cohen &Rozin, 2001; Fig. 1).

Este es otro ejemplo: considere un hombre casado que piensa en tener una aventura con su colega pero que físicamente no la ha tenido. ¿Ha hecho algo malo? Depende del trasfondo religioso de la persona a quien le pregunte. Los judíos consideran que los pensamientos sobre diversas acciones inmorales, tales como tener una aventura, son mucho menos importantes moralmente que para los protestantes (Cohen & Rozin, 2001).

Las diferencias religiosas no solamente influencian los juicios morales, sino que también lo hacen de maneras teóricamente sutiles.  Por ejemplo, los protestantes creen que las personas están más propensas a actuar a partir de tales impulsos, pero no por ello ven esos pensamientos como más inmorales. Los protestantes incluso piensan que es inmoral tener pensamientos que tal vez no terminen en acciones, como por ejemplo la fantasía de tener una aventura con una actriz famosa (Cohen, 2003).

Y esta sutileza va aún más lejos. Cuando se trata de pensamientos sobre acciones altamente virtuosas, tales como dar una gran cantidad de dinero a la caridad, judíos y protestantes asignan un crédito moral de manera similar (Cohen & Rankin, 2004). Este patrón se articula con las sutiles diferencias de las teologías del judaísmo y el cristianismo, y afirmaré desde ahora que la religión tiene una influencia causal en los juicios morales de las personas.

La religión tiene consecuencias importantes en la manera en que nos llevamos bien

La religión no solamente moldea los juicios morales de las personas, sino que también es importante en la manera en que los individuos y grupos se relacionan entre sí. Esto es una cuestión ética importante a la vez que tema de investigación, debido a que la psicología no es solamente una disciplina académica sino que puede convertir el mundo en un lugar mejor al permitirnos utilizar lo que conocemos para ayudar a las personas, así como ayudar a los grupos para relacionarse entre ellos. Con el espectro siempre presente del conflicto intergrupal, con frecuencia alimentado por la religión (Neuberg et al., 2014), el aprendizaje acerca de la religión y el conflicto intergrupal es más importante que nunca. Claro está, el perdón es relevante no sólo en ejemplos extremos de conflicto intergrupal y crímenes contra la humanidad, sino también en instancias de todos los días en donde engañamos a otros en contextos interpersonales (McCullough et al., 1998).

Mi interés en esta área se dirige a las secuelas del conflicto grupal y la manera en que los grupos continúan a relacionándose entre sí incluso décadas más tarde, particularmente en relación con el perdón o la aversión que el grupo víctima podría sentir hacia el grupo perpetrador. Décadas después del holocausto, los puntos de vista de los judíos acerca de los alemanes están fuertemente coloreados por el legado cultural del genocidio -y de la teología relevante. Si bien el judaísmo (al igual que el cristianismo) consideran el perdón como una virtud central, el judaísmo considera algunas ofensas como imperdonables – tales como el asesinato. El cristianismo,por su parte, considera que existen muy pocas ofensasque estén más allá del perdón, si es que las hay.

En la investigación empírica, he ilustrado que los judíos y los cristianos se toman a pecho esta teología, siendo los cristianos más abiertos a perdonar incondicionalmente, mientras que los judíos no están dispuestos a perdonar ciertas ofensas. Estas diferencias en la disposición al perdón fueron mediadas por el acuerdo con afirmaciones generales acerca de cuáles acciones son apropiadas para el perdón, afirmaciones que estaban basadas en las teologías relevantes de los grupos (por ejemplo, teologías que dictan que algunas ofensas son demasiado severas para perdonarse, que sólo las víctimas de una acción tienen el derecho a perdonarlas, o que el perdón depende del arrepentimiento) -de las cuales todas ellas fueron respaldadas altamente por los participantes judíos (Cohen, Malka, Rozin, & Cherfas, 2006).

Cuando se trata de religión y de relaciones interpersonales e intergrupales, existen muchas variables y puntos de vista para considerar. He revisado algunas de mis investigaciones que sugieren que algunas religiones promueven el perdón casi universalmente (protestantismo), mientras que otras promueven el perdón en la mayoría de los casos pero no en todos los momentos (judaísmo). Una influyente teoría en relación con la función de la creencia en Dios, es que Dios sirve como un policía divino, monitoreando los comportamientos cooperativos en las sociedades que son demasiado grandes como para que los individuos puedan monitorearlos efectivamente entre ellos (Norenzayan, 2013). Así, la religión (en este caso, la creencia en un Dios que monitorea) puede ser benéfica. Moghaddam (2009) sugiere que el fundamentalismo religioso puede ser destructivo y que abandonar el fundamentalismo a favor de una visión más universal (enfocándose en los puntos comunes entre las personas) puede ser benéfico. En consecuencia, algunas personas teorizan que algunos aspectos de la religión pueden ser de ayuda mientras que otros piensan que pueden ser peligrosos.

La religión moldea fuertemente la autoconceptuación

Con los dos ejemplos anteriores acerca del juicio moral y el perdón, he argumentado que existen diferencias culturales entre las religiones. A continuación, discutiré otra cuestión -que la religión moldea las autoconceptualizaciones independientes e interdependientes. Como cualquier psicólogo podría decirles, los americanos tienen sí mismos relativamente independientes, mientras que los asiáticos del Este tienen sí mismos interdependientes (Markus & Kitayama, 1991). Esta diferencia en la autoconceptuación es críticamente importante debido a que estas autoconceptuaciones afectan un conjunto de procesos importantes para los psicólogos, incluyendo la emoción, la motivación, y la cognición. Esta idea es tan influyente que el artículo que acabo de mencionar ha sido citado más de 12,600 veces (hasta diciembre de 2014). Aquí argumentaré que una influencia importante en la autoconceptuación es la religión, así que si queremos entender el sí mismo, tenemos que entender la religión.

Mi idea es que los protestantes americanos tienen sí mismos particularmente independientes. ¿De qué maneras son independientes los americanos protestantes? Debido a que América fue fundada sobre la noción de libertad religiosa, y no existe ninguna religión patrocinada por el Estado, los protestantes americanos han llegado a enfocarse particularmente en la religión elegida de manera individual. Muchos protestantes americanos sienten que es importante tener una conexión individual con Dios, reflejada en una motivación intrínseca -sentir que la religión es importante personalmente (para una revisión teórica, Cohen, Hall, Koenig, &Meador, 2005; para una demostración empírica, Cohen & Hill, 2007).

De hecho, la visión de que la religión personal es buena, y la religión colectiva lo es menos, puede verse reflejada en cómo la psicología como campo ha teorizado acerca de, y medido, la religión. Tal y como fue discutido por Cohen et al. (2005), Gordon Allport, quien avanzó el punto de vista más influyente acerca de cómo pensar la religión desde la psicología, parece haber considerado las motivaciones sociales hacia la religión como extrínsecas, así como menos maduras y valiosas que las motivaciones personales, las cuales consideró más maduras e intrínsecas.

Fig 2 - Religions

Fig. 2.  Resultados de Cohen, Siegel, y Rozin (2003) que ilustran los puntajes otorgados por participantes judíos y protestantes acerca de la importancia de la creencia y la práctica al ser religiosos.  Los judíos valoran la práctica como más importante que la creencia, pero los protestantes valoran la creencia como más importante que la práctica.  Adaptado de “Faith Versus Practice: Different Bases for Religiosity Judgements by Jews and Protestants”, por A. B. Cohen, J. I. Siegel, y P. Rozin, 2003, European Journal of Social Psychology, 33, p. 291.  Derechos reservados 2003 por John Wiley & Sons.Adaptado con permiso.

 

Empíricamente, he demostrado que la fe es más importante que la práctica para los protestantes americanos, mientras que es lo contrario para los judíos americanos, quienes premian la práctica y la tradición tanto como su fe individual (Cohen, Siegel, &Rozin, 2003; Fig. 2).

Es importante entender estas diferencias, debido a que muchos trabajos en la psicología de la religión han asumido tácitamente que todas las religiones son iguales en términos de la valoración de la motivación intrínseca y la desvalorización de las motivaciones extrínsecas, mientras que el trabajo que acabo de mencionar muestra que este punto de vista está realmente apegado a una visión del mundo americana, individualista, y protestante, en donde ser motivado por las creencias personales es más importante que querer ser parte de una comunidad religiosa o continuar una tradición de rituales –elementos que muchos católicos, judíos, hindúes, y musulmanes (e incluso muchos protestantes) considerancomo altamente importantes y significativos.

Fig 3 - Religions

Fig. 3. Resultados de Li et al. (2012) que muestran el acuerdo de los participantes con diferentes causas de buen y mal comportamiento.  Mientras que los protestantes y católicos desfavorecen por igual las atribuciones externas, los protestantes favorecen las atribuciones internas más que los católicos.

 

Debo agregar que en un conjunto reciente de experimentos, Gervais (2014) encontró que los participantes americanos devalúan moralmente una acción prosocial cuando es motivada religiosamente debido a que piensan que una persona motivada religiosamente es menos responsable por su acción (encuentro este resultado interesante e irónico debido a que creo que se debe en buena parte a la religión protestante el hecho de que los americanos valoran particularmente las motivaciones personales para las acciones morales; tal vez incluso en estos días una motivación religiosa podría percibirse como no siendo lo suficientemente intrínseca).

El enfoque personal que se enfatiza en la teología de los protestantes americanos tiene implicaciones para sus atribuciones, un tema que mis colegas y yo hemos trabajado recientemente. Un tema importante en la psicología social es el error de atribución fundamental -una tendencia a atribuir el comportamiento ajeno a sus disposiciones y no a sus contextos. Teorizando que la teología protestante podría promover tal enfoque hacia lo interno, mis colegas y yo hemos demostrado que los protestantes en los Estados Unidos tienen una mayor adhesión a las atribuciones internas que los católicos (Fig. 3; Li et al., 2012) -un efecto que hemos denominado el error de atribución fundamentalista.

La religión modela la psicología de las personas en formas complejas

La investigación e ideas resumidas hasta aquí no han atendido una pregunta muy importante en la religión, la cultura, y la psicología, ¿cómo es que la religión actúa para moldear las psicologías de las personas en términos de sus juicios morales, perdón, autoconceptuación, atribuciones, u otros aspectos? Esta es un área que mi propia producción académica ha descuidado completamente, pero existen afortunadamente diversos tipos de hallazgos de otros investigadores, incluso en otros campos, que brindan algunas claves o respuestas -respuestas que sugieren una importante complejidad y podrían brindar modelos para pensar cómo cualquier tipo de influencia cultural moldea las mentes de las personas y sus comportamientos. Al tiempo que me adhiero completamente a un punto de vista de constitución mutua de la religión y la psicología, en donde cada una de estas se constituye y es constituida por la otra (Markus, 2014), me enfocaré aquí en una cuestión: ¿cómo podría la religión moldear la psicología individual?

Tal vez la respuesta más intuitiva es que las personas de diferentes religiones ingresan a la cultura y se socializan a partir de experiencias y mensajes de sus padres, profesores, líderes religiosos, y comunidades. El desarrollo religioso y espiritual seguramente representa un proceso de desarrollo cognitivo en un contexto particular, al igual que otros tipos de socialización (Richert & Granqvist, 2013). Algunos de estos procesos de socialización podrían ser bastante explícitos y tangibles. Cuando el pequeño Jesús regresa a casa de la escuela y le dice a su madre que alguien en la escuela le dijo que estaba pensando en tirarle una piedra a Jesús, su mamá cristiana podría decir “aléjate de ese niño -es malo”. Pero si lo mismo le ocurriese al pequeño Israel, su mamá judía podría preguntarle “¿A fin de cuentas te tiró la piedra? ¿Entonces qué otras novedades tienes acerca de eso?”.

Pero estos tipos de inculturación explícita y socialización podrían ser sólo parte de la historia. Primero, los procesos religiosos mentales existen en diferentes niveles de cognición, tales como las intuiciones y las creencias explícitas; las creencias explícitas religiosas podrían ser elaboraciones de intuiciones basadas en las tendencias mentales, tales como la detección de agencias y las preocupaciones por la pobreza y el asco que de manera muy confiable dieron paso a creencias religiosas a través de las culturas (Baumard & Boyer, 2013; ver también Atran & Norenzayan, 2004).

De manera importante, sin embargo, las personas con frecuencia sostienen puntos de vista religiosos conflictivos entre los niveles implícito y explícito del análisis, lo cual algunas veces se denomina sostener creencias “teológicamente incorrectas” (Slone, 2004). Un excelente ejemplo de esto es que Barrett y Keil (1996) encontraron que las personas religiosas implícitamente asignan las limitaciones humanas a Dios sin estar conscientes de ello explícitamente. Cuando se les presenta una historia sobre Dios respondiendo ruegos simultáneamente de muchas personas, los participantes explícitamente reportan que esto es sensible debido a que Dios es omnipotente y omnipresente. Sin embargo, los participantes suelen recordar más tarde que Dios ayudó a una persona y luego a otra, asignándole a Dios implícitamente limitaciones humanas. Tales hallazgos sugieren una disparidad entre diferentes niveles de creencia y subrayan la necesidad para una comprensión más profunda de las creencias religiosas (Cohen, Hill, Shariff, &Rozin, 2008; Hill & Hood, 1999).

Dadas estas complejidades, es importante sin lugar a dudas observar diversos tipos de procesos que podrían reflejar o moldear la religión, incluso yendo hasta procesos muy básicos tales como la atención visual. Así como la cultura afecta algunos procesos perceptivos y de atención muy básicos (por ejemplo, Nisbett & Miyamoto, 2005), así lo hace la religión. Hommel, Colzato, Scorolli, Borghi, y van den Wildenberg (2011) mostraron que los calvinistas demostraban un efecto Simón más pequeño que los no creyentes, mientras que los católicos mostraban un efecto mayor. El efecto Simón ocurre cuando el desempeño en una tarea de control y atención visual es facilitado por una correspondencia entre la localización del estímulo y la respuesta motora correcta.  Hommel et al. (2011) explican estas diferencias religiosas en relación con diferentes niveles de independencia e interdependencia en diferentes grupos religiosos:

Un sello distintivo del neocalvinismo holandés es el concepto de soberanía esférica, que enfatiza que cada esfera o sector de la vida tiene sus propias responsabilidades y autoridad, y se sostiene en igualdad con las demás esferas… Modelar el comportamiento propio para encajar con la esfera del concepto de soberanía, llevaría a un foco atencional incrementado hacia los detalles más que hacia el contexto amplio… Dado que el catolicismo y el judaísmo enfatizan la solidaridad social, se espera que los católicos y los judíos ortodoxos muestren un efecto de primacía global mayor que si se les compara con los no creyentes (p. 178).

Finalmente, en algún lugar entre estos procesos básicos atencionales y altamente explícitos podrían residir los procesos emocionales, los cuales pueden ser pensados para abarcar formas implícitas y explícitas de ser religioso. Una diferencia religiosa importante está en las emociones que son valoradas y que las personas intentan regular ya sea cultivándolas o controlándolas. Mientras que los cristianos valoran las emociones positivas de alta intensidad (“¡aleluya!”), los budistas valoran las emociones positivas de baja intensidad y calmas (Tsai, Miao, &Seppala, 2007).

Con seguridad valdría la pena considerar los análogos de todos estos procesos cuando se pregunta de qué manera las culturas de cualquier tipo (religiones, países, clases sociales, etc.) se interiorizan en nuestras mentes. Sin embargo, también es importante enfatizar que los factores sociales o culturales afectan las expresiones religiosas, como cuando la presencia de instituciones seculares fuertes de alguna manera hacen a la religión menos necesaria en una sociedad dada (Kay, Shepherd, Blatz, Chua, &Galinsky, 2010).

Conclusión

De acuerdo con mi mentor Paul Tozin (2007), el estudio de la religión es uno de los mayores agujeros en la psicología -una parte críticamente importante de la vida humana, pero que no recibe la atención empírica que merece. Investigaciones recientes han demostrado que merece atención debido a que es importante en el modelamiento del juicio moral y en la manera en que nos relacionamos con otras personas y grupos. Más aún, la religión influencia las autoconceptuaciones, las cuales afectan varios procesos psicológicos. Finalmente, la religión brinda un ejemplo instructivo sobre la manera en que los contextos culturales se interiorizan en nuestras mentes de diversas maneras, a través de la socialización, procesos atencionales, y procesos emocionales.

Lecturas recomendadas

Cohen, A. B. (2009). Many forms of culture. AmericanPsychologist, 64, 194–204. Este es un artículo en el que argumento que la psicología no ha estudiado suficientes tipos de variaciones culturales, utilizando la religión, las clases sociales, y las regiones de un país como ejemplos.

Cohen, A. B., Hall, D. E., Koenig, H. G., & Meador, K. G. (2005).(VerReferencias). Teoriza que la psicología ha considerado las motivaciones hacia la religión personales e individualistas como buenas, mientras que las motivaciones basadas en la comunidad, rituales o prácticas se consideran malas, mostrando un sesgo americano y protestante.

Cohen, A. B., Malka, A., Rozin, P., &Cherfas, L. (2006). (Ver Referencias). Discute cómo los protestantes cristianos perdonarán casi cualquier ofensa mientras que los judíos consideran que algunas ofensas están más allá del perdón –lo cual es coherente con las teologías de sus religiones.

Cohen, A. B., &Rozin, P. (2001).(Ver Referencias). Discute la manera en que el deseo (y otras actividades mentales) son pecaminosas para los protestantes, mientras que los judíos no se preocupan por tales pensamientos si no conducen a acciones.

Li, Y. J., Johnson, K. A., Cohen, A. B., Williams, M. J., Knowles,E. D., & Chen, Z. (2012). (VerReferencias). Discute la manera en que los cristianos protestantes endosan las atribuciones internas al comportamiento más que lo que lo hacen los católicos cristianos, mostrando que incluso dentro de las grandes tradiciones religiosas (cristianismo) existen aún importantes diferencias culturales.

Agradecimientos

Agradezco a mis colegas, los doctores Gene Brewer Jr., Robert Cialdini, Douglas Kenrick, y Michael Varnum, por sus comentarios para este artículo.

Declaración de conflicto de intereses

El autor declara que no existen conflictos de interés en relación con la autoría o la publicación de este artículo.

Referencias

 Atran, S., & Norenzayan, A. (2004). Religion’s evolutionary landscape: Counterintuition commitment, compassion, communion. Behavioral & Brain Sciences, 27, 713–770.

Barrett, J. L., & Keil, F. C. (1996). Conceptualizing a non-natural entity: Anthropomorphism in God concepts. Cognitive Psychology, 31, 219–247.

Baumard, N., & Boyer, P. (2013). Religious beliefs as reflective elaborations on intuitions: A modified dual-process model. Current Directions in Psychological Science, 22, 295–300.

Cohen, A. B. (2003). Religion, likelihood of action, and the morality of mentality. The International Journal for the Psychology of Religion, 13, 273–285.

Cohen, A. B., Hall, D. E., Koenig, H. G., & Meador, K. G.(2005). Social versus individual motivation: Implications for normative definitions of religious orientation. Personalityand Social Psychology Review, 9, 48–61.

Cohen, A. B., & Hill, P. C. (2007). Religion as culture: Religious individualism and collectivism among American Catholics, Jews, and Protestants. Journal of Personality, 75, 709–742.

Cohen, A. B., Hill, P. C., Shariff, A. F., & Rozin, P. (2008). Furthering the evolution of discussion on religion: Multimethod study, universality, and cultural variation. In J. Bulbulia, R. Sosis, C. Genet, R. Genet, E. Harris, & K.Wyman (Eds.), The evolution of religion: Studies, theories, and critiques (pp. 311–317). San Francisco, CA: Collins Foundation Press.

Cohen, A. B., Malka, A., Rozin, P., & Cherfas, L. (2006).Religion and unforgivable offenses. Journal of Personality, 74, 85–118.

Cohen, A. B., & Rankin, A. (2004). Religion and the morality of positive mentality. Basic and Applied Social Psychology26, 45–57.

Cohen, A. B., & Rozin, P. (2001). Religion and the morality of mentality. Journal of Personality and Social Psychology, 81, 697–710.

Cohen, A. B., Siegel, J. I., &Rozin, P. (2003). Faith versus practice: Different bases for religiosity judgments by Jews and Protestants. European Journal of Social Psychology, 33,287–295.

Gervais, W. (2014). Good for God? Religious motivation reduces perceived responsibility for and morality of good deeds. Journal of Experimental Psychology: General, 143,1616–1626.

Haidt, J. (2001). The emotional dog and its rational tail: A social intuitionist approach to moral judgment. Psychological Review, 108, 814–834.

Haidt, J. (2007). The new synthesis in moral psychology. Science, 316, 998–1002.

Hill, P. C., & Hood, R. W., Jr. (1999). Affect, religion, and unconscious processes. Journal of Personality, 67, 1015–1046.

Hommel, B., Colzato, L. S., Scorolli, C., Borghi, A. M., & vanden Wildenberg, W. P. M. (2011). Religion and action control: Faith-specific modulation of the Simon effect but not stop-signal performance. Cognition, 120, 177–185.

Kay, A. C., Shepherd, S., Blatz, C. W., Chua, S. N., & Galinsky, A. D. (2010). For God (or) country: The hydraulic relation between government instability and belief in religious sources of control. Journal of Personality and Social Psychology, 99, 725–739.

Li, Y. J., Johnson, K. A., Cohen, A. B., Williams, M. J., Knowles,E. D., & Chen, Z. (2012). Fundamental(ist) attribution error: Protestants are dispositionally focused. Journal of Personality and Social Psychology, 102, 281–290.

Markus, H. R. (2014). Foreword. In A. B. Cohen (Ed.), Culture reexamined: Broadening our understanding of social and evolutionary influences (pp. ix–xiii). Washington, DC: American Psychological Association.

Markus, H. R., & Kitayama, S. (1991). Culture and the self: Implications for cognition, emotion, and motivation. Psychological Review, 98, 224–253.

McCullough, M. E., Rachal, K., Sandage, S. J., Worthington,E. L., Brown, S. W., & Hight, T. L. (1998). Interpersonal forgiving in close relationships: II. Theoretical elaborationand measurement. Journal of Personality and Social Psychology, 75, 1586–1603.

Moghaddam, F. M. (2009). Omniculturalism: Policy solutions to fundamentalism in the era of fractured globalization. Culture & Psychology, 15, 337–347.

Neuberg, S. L., Warner, C. M., Mistler, S. A., Berlin, A., Hill,E. D., Filip-Crawford, G., … Schober, J. (2014). Religion and intergroup conflict: Findings from the Global Group Relations Project. Psychological Science, 25, 198–206.

Nisbett, R. E., & Miyamoto, Y. (2005). The influence of culture: Holistic versus analytic perception. Trends in Cognitive Sciences, 9, 467–473.

Norenzayan, A. (2013). Big Gods: How religion transformed cooperation and conflict. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Richert, R. A., & Granqvist, P. (2013). Religious and spiritual development in childhood. In R. F. Paloutzian & C. L. Park (Eds.), Handbook of the psychology of religion and spirituality (2nd ed., pp. 165–182). New York, NY: Guilford.

Rozin, P. (2007). Exploring the landscape of modern academic psychology: Finding and filling the holes. American Psychologist, 62, 751–766.

Slone, D. J. (2004). Theological incorrectness: Why religious people believe what they shouldn’t. New York, NY: Oxford University Press.

Tsai, J. L., Miao, F., & Seppala, E. (2007). Good feelings in Christianity and Buddhism: Religious differences in ideal affect. Personality and Social Psychology Bulletin, 33,409–421.

[1]Correspondencia para el autor: Adam B. Cohen, Department of Psychology, Arizona State University, 950 South McAllister Ave., Tempe, AZ 85287-1104.  Email: adamcohen@asu.edu

Comments

Increíble artículo, simplemente espectacular, te hace reflexionar muchísimo, y se aprende mucho, ¡GRACIAS!, es un fantástico aporte.


APS regularly opens certain online articles for discussion on our website. Effective February 2021, you must be a logged-in APS member to post comments. By posting a comment, you agree to our Community Guidelines and the display of your profile information, including your name and affiliation. Any opinions, findings, conclusions, or recommendations present in article comments are those of the writers and do not necessarily reflect the views of APS or the article’s author. For more information, please see our Community Guidelines.

Please login with your APS account to comment.